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Marc Chagall (1887-1985)



Dos Cuadros de Marc Chagall

Para Violín solo


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Comentario

El interés de Marc Chagall (1887-1985) por los instrumentos musicales en general, y por la figura de un violinista solo en particular, es evidente a través de una serie de cuadros, de gran fuerza expresiva, que recorren una parte importante de su producción.
Dos cuadros de Marc Chagall surge a partir de la contemplación de dos de las más conocidas pinturas de Chagall dedicadas al violín: "Violinista verde" (1923-24) y "Violinista azul" (1947). Se trataría, en cierto modo, de la música que me imagino que las figuras pintadas por Chagall podrían estar tocando.

Marc Chagall: El violinista verde (1923-24)

Marc Chagall: El violinista azul (1947)

A partir de ese pretexto, la pieza presenta en su primera sección el material musical sugerido por ambos violinistas, de acuerdo con el carácter de cada cuadro: más rapsódico, lírico y a veces dramático el pintado en verde, y abiertamente ligero y scherzante el de tonalidad azul (deliberadamente he evitado el juego fácil con el término blue). Una vez expuesto, el material es ampliamente desarrollado en la segunda y última sección, en la que los elementos temáticos correspondientes a ambos violinistas se entremezclan y dialogan entre sí, siempre dentro de una escritura virtuosística de gran complejidad puesta siempre al servicio de la máxima expresividad, y que en todo caso permite al solista mostrar plenamente sus capacidades técnicas e interpretativas.

Manuel Guillén

Dos cuadros de Marc Chagall fue escrita a petición del violinista Manuel Guillén, a quien está dedicada, entre los meses de julio y agosto de 2009, y a cuyo cargo corrió el estreno en el Museo Guggenheim de Bilbao, el 4 de noviembre del mismo año, y la posterior grabación, incluida en el CD "El violín solo español en el siglo XXI", publicado por el sello Nibius en 2019.

Portada y contraportada del CD "El violín solo español
en el siglo XXI" (Nibius, 2019)

Primera página de Dos cuadros de Marc Chagall



Grabación

Grabación: Manuel Guillén (fragmento)



Entrevista con José Luis Turina sobre los "Dos cuadros de Marc Chagall"
Por Javier López Sanz
Incluida en el Trabajo de Fin de Máster de Violín en el Conservatorio Superior de Música de Lausanne (2013)


Pregunta.- ¿Por qué ha escogido estos dos cuadros como modelo visual para componer esta obra?
Respuesta.- Porque siempre me ha interesado mucho esa recurrencia de Chagall con la figura del violinista. Aparte de en estos dos cuadros, en que un violinista es protagonista absoluto de ambos, hay muchos otros en los que aparece con otros personajes, en escenas de conjunto. Por eso pensé que eran un punto de partida excelente para una obra para violín solo.

P.- Antes de escribir la música, ¿qué impresiones recibió de los cuadros?
R.- Creo que la pregunta anterior responde ya a ésta. Sería una fatuidad decir que la música que he escrito es la que me imagino que podían estar tocando cada uno de los violinistas en el momento de ser pintado. La impresión fue puramente plástica, como corresponde a una obra pictórica, y por tanto a partir de ahí todo entra en el terreno de la más absoluta subjetividad.

P.- ¿Por qué expone el Violinista Verde primero y luego el Violinista Azul? ¿Tiene que ver de alguna manera con el orden de los cuadros, 1923-1947?
R.- Por el carácter que me sugiere cada uno de ellos a partir de la impresión recibida por la contemplación de los cuadros. El Verde me resulta más complejo y reconcentrado, más reflexivo; el Azul, más enérgico y vivaz. Y formalmente me interesaba presentar las ideas musicales en ese orden.

P.- ¿Se hizo usted alguna historia sobre los cuadros? Por ejemplo si al final en el diálogo los violinistas hablan, discuten o hacen música juntos; o si alguno de los violinistas se siente como un profesor y el otro como un alumno...
R.- Ya digo que todo en el arte, sea pictórico, musical o de cualquier otra manifestación, es muy subjetivo. La música no pretende acompañar una puesta en escena de diálogo o discusión entre dos personajes; si acaso, la idea musical de cada violinistas es diferente, y lo que se busca es un contraste entre ambas.

P.- ¿Qué violinista le resultó más complejo de componer en la exposición de la obra?
R.- Obviamente el Azul, por lo complejo de la elaboración de su desarrollo.

P.- ¿Qué violinista domina al final?
R.- Ninguno, porque cada uno es presentado y elaborado a su manera. Al no haber contienda, no hay dominio de uno sobre otro.

P.- ¿Tiene alguna simpatía especial por uno de los cuadros?
R.- Me encantan los dos por igual, no tengo predilecciones.

P.- A su parecer, ¿cuál es la principal característica que diferencia a los dos violinistas?
R.- Como he dicho antes, el carácter reconcentrado del Verde, más propenso a la expresividad, frente al luminoso del Azul, más apto para un tratamiento brillante, virtuosístico, de la escritura.

P.- ¿Cuál fue su sensación al escuchar la obra completa en su estreno?
R.- Tengo que decir, que hasta ahora no la he escuchado en concierto, ya que aunque Manuel Guillén la ha tocado varias veces nunca he podido estar presente. Sí estuve en la grabación, supervisándola (aunque el CD todavía no ha visto la luz), y la experiencia fue muy gratificante. Estoy francamente satisfecho de esta obra, y espero que sea bien acogida por los violinistas.


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(Partitura sin marcas de agua disponible en www.asesores-musicales.com )