Notas dormidas, única obra de mi catálogo para arpa sola, fue compuesta en 1992 por encargo de Graciela Torres, esposa del arpista donostiarra Nicanor Zabaleta, como regalo a su marido con motivo del 40º aniversario de su matrimonio. Su título hace referencia a la célebre Rima VII de Gustavo Adfolfo Bécquer ("Del salón en el ángulo oscuro, / de su dueño tal vez olvidada..."), y más concretamente al primer verso de su segunda estrofa ("¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas...!"), y se estructura en dos partes principales, que en gran parte son dos elaboraciones de un mismo material que resulta transformado armónicamente por una diferente organización de los pedales. Cada una de ambas secciones se cierra con una cita muy rápida, a modo de ráfaga, de un fragmento de la Romanesca, base armónica de tantas diferencias o variaciones compuestas en el siglo XVI español para arpa, tecla y vihuela.
Bajo de la Romanesca
Tablatura de la Romanesca o Guárdame las vacas de Alonso Mudarra (1510-1580)
Final de Notas dormidas, siguiendo el esquema armónico de la Romanesca
La partitura está dedicada a Graciela y Nicanor Zabaleta. Fallecido éste en 1993 sin haber llegado a interpretarla, fue finalmente estrenada en enero de 2006 en el Teatro Cánovas de Málaga por la arpista Cristina Montes, dentro del Ciclo de Música Contemporánea cuya 12ª edición me dedicó la Orquesta Filarmónica de Málaga.
La arpista Cristina Montes
Portada del libro-programa del 12º Ciclo de Música Contemporánea de la Orquesta Filarmónica de Málaga (9-27 de enero de 2006)
Programa del estreno de Notas dormidas (25 de enero de 2006)