Portada del programa del concierto "Músicos del Norte"


Prólogo al programa del concierto "Músicos del Norte"

Madrid, Casa de América, 24 de marzo de 2003


Una casa que se llama "de América" y que está situada en pleno centro geográfico y estratégico de una gran capital española y, por tanto, europea, tiene que tener entre sus principales objetivos el estrechar entre ambos continentes todo tipo de lazos culturales que sirvan de puente hacia un mejor y más recíproco conocimiento mutuo.
Un tanto incomprensiblemente -e incluso para los que nos movemos en un ambiente profesional y se supone, por tanto, que algo más especializado- la música americana no goza en la actualidad del conocimiento y de la difusión que se merece. Este hecho, que es aplicable incluso a la producción de los compositores más destacados, resulta especialmente grave en el caso de las generaciones más jóvenes, cuyos representantes son prácticamente desconocidos entre nosotros.
Si por razones evidentes de parentesco idiomático ha sido hasta ahora más asequible el acercamiento a los compositores de México, Centro y Sudamérica -recuérdese que hasta consideramos ya como americanos a nuestros compositores en el exilio al que les forzaron las consecuencias de la guerra civil-, no ha ocurrido lo mismo con los otros norteamericanos, tanto estadounidenses como canadienses.
La cita en este concierto de un grupo de obras, algunas muy recientes, de compositores en su mayor parte todavía jóvenes procedentes de Canadá, Estados Unidos y México hace que el acto revista un especialísimo interés para el aficionado en general, interés que se ve reavivado por las diferentes propuestas tímbrica de las obras programadas, en las que junto a agrupaciones clásicas como el cuarteto de cuerda o el dúo de violines, destaca la mayoritaria presencia de obras camerísticas con clave, instrumento que en la actualidad dista mucho de haber acabado en una pieza de museo, a la vista del interés que sus peculiaridades tímbricas han despertado entre los compositores de las últimas décadas.
En resumen: los asistentes a este concierto estamos de enhorabuena.
Vamos a acudir a una fiesta modesta en lol cuantitativo -como todas las que giran alrededor de la música de cámara-, pero grande y muy importante en lo cualitativo. Dispongámonos a disfrutar de ella como se merece: con los oídos abiertos y el intelecto alerta.