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Gioacchino Rossini (1792-1868), fotografiado por
Gaspard Félix Tournachon en 1856


Música fugitiva (Dos estudios sinfónicos)

Para Orquesta


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Grabación
Crítica
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Comentario


Música fugitiva fue compuesta por encargo de la Fundación Caja de Madrid, con destino a ser estrenada a lo largo de la temporada 1992-93 por la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Se trata de una obra estructurada en dos movimientos claramente diferenciados, cada uno de los cuales presenta tales dificultades que los convierten en "estudios" para orquesta. No son las dificultades siempre de tipo técnico, referido al tratamiento instrumental individual, aunque éstas abundan, sino que en su mayor parte están centradas en aspectos que ponen más a prueba la capacidad del conjunto sinfónico para salir airoso de las situaciones más dispares: desde la homogeneidad en los empastes, en el sentido más tradicional del término, hasta la heterogeneidad en los contrastes, en el sentido más avanzado, así como la habilidad del director para controlar las continuamente cambiantes situaciones del primer movimiento, o para conseguir la fluidez a partir de la densidad, en lo referente a la textura del segundo.
Todo lo antedicho puede servir de pista al oyente con respecto a una primera audición. Pero quizá todavía sea más elocuente e iluminador referir el aspecto, anecdótico si se quiere, que sirve de punto de partida para esta Música fugitiva. Compuesta a lo largo de 1992, coincide en su gestación con los actos conmemorativos del bicentenario del nacimiento de Gioacchino Rossini; y, a modo de homenaje íntimo, se basa en lo conceptual en la celebérrima obertura de El barbero de Sevilla. Cada uno de los movimientos de Música fugitiva lleva por título, como única referencia directa, una cita procedente del libreto de El barbero: así, el primer movimiento se titula Bárbara Armonía, y el segundo A mezza notte in punto. El primero recrea, muy libremente, la amplia introducción lenta de la obertura rossiniana: cada uno de los sorprendentes contrastes tímbricos y dinámicos, que allí se suceden con rapidez vertiginosa (a veces, un sólo acorde), sirven aquí de punto de referencia para una sección completa, más o menos extensa. Por su parte, el segundo movimiento se refiere a la segunda parte de la obertura: en él se llega incluso a la cita, pero en forma tan encubierta que su apreciación en la audición habrá de pasar prácticamente inadvertida.

Portada de una de las primeras ediciones de
El barbero de Sevilla, compuesta en 1815

El esquema general de este último tiempo puede resumirse así: cuatro secciones, de las que la primera y tercera corren a cargo de la cuerda, ampliamente dividida. Una obstinada nota pedal recorre ambas secciones: un mi en la primera, y un sol en la segunda, respectivas tónicas de los dos principales temas del allegro de la obertura de Rossini. Las secciones segunda y cuarta se basan, casi exclusivamente, en el desarrollo de un crescendo, por medio del habitual procedimiento rossiniano: repetición de células, y acumulación de instrumentos.
El título de la obra está tomado del soneto A Roberto Schumann, de Gerardo Diego, y más concretamente del segundo verso del primero terceto:

Compadéceme, pues, ahora que alcanzas
tu fugitiva música, y contigo
la ocultas, y tus brazos -ya- la gozan.


Música fugitiva fue compuesta entre Madrid y El Puerto de Mazarrón entre los meses de Junio y Diciembre de 1992, y fue estrenada el 29 de abril de 1993 en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna por la Orquesta Sinfónica de Tenerife dirigida por Gilbert Varga. La partitura está dedicada a mi hijo Luis.
En 2006 fue incluida, junto con otras cuatro obras sinfónicas y bajo la dirección de José Luis Temes, en el CD monográfico que me dedicó la Orquesta Filarmónica de Málaga dentro de su 12º Ciclo de Música Contemporánea.

Portada del CD monográfico de la Orquesta Filarmónica de Málaga (2006)


Grabación


Grabación: Orquesta Filarmónica de Málaga (Dir.: José Luis Temes)

I. Bárbara armonía (fragmento)
II. A mezza notte in punto (fragmento)

Primera página del primer movimiento de Música fugitiva

Primera página del segundo movimiento de Música fugitiva


Crítica



Cincuenta años sin Joaquín Turina
Leopoldo Hontañón
(Crítica publicada en el diario "ABC". Madrid, 15 de enero de 1999)

Ayer mismo, día 14, se cumplieron cincuenta años del fallecimiento de Joaquín Turina, aquel españolísimo parisiense de Sevilla nacido en 1882. Con muy acertado criterio, la Orquesta Sinfónica de Madrid no quiso pasar por alto la efeméride y, la tarde anterior, dedicó a su recuerdo en el Auditorio Nacional uno de los conciertos del ciclo que preludia la celebración del centenario del propio conjunto. El acierto de la convocatoria se redondeó, además, en un doble sentido. Al Turina "senior", ese compositor al que poco a poco se le va conociendo mejor y reconociendo como es debido, se le buscó como compañero telonero de programa a su nieto José Luis, reconocido a su vez ya, con unanimidad rara en ese complicado mundo de la creación, como uno de los más destacados representantes de nuestras jóvenes generaciones. [...]
[...]
No queda espacio, apenas, para el estreno madrileño de la Música fugitiva (dos estudios sinfónicos), de José Luis Turina. Sí el suficiente para opinar que este díptico, de veinte minutos en total, es nueva y doble demostración de su perfecto y acabado dominio de la orquestación, además de serlo del inteligente aprovechamiento, para cometidos de estructuración formal, de sus personales "crescendi": simultáneos incrementos progresivos no sólo de dinámicas, sino también de densidades.



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(Partitura completa y particellas sin marcas de agua disponibles en www.asesores-musicales.com )